SEÑOR, ANIMA MI CORAZÓN



Sálvame, oh Dios; las aguas me llegan hasta el cuello;

me hundo en el cieno del abismo, sin poder hacer pie;

he tocado fondo y el miedo se apodera de mi inseguridad;

las olas me cubren, me siento indefenso y solo.

Estoy exhausto de gritar y ardo de angustia;

mis ojos se apagan esperándote, oh Dios mío.

Tú conoces, Dios mío, mi torpeza y mis fracasos;

y sabes de verdad cómo mi corazón tiende hacia el pecado.

Estoy avergonzado de mi vida deshecha y rota,

y la confusión me envuelve y no encuentro salida.

Quiero luchar por el bien y me encuentro solo;

quiero ser honrado y honesto y se ríen de mí.

¿Cómo ser verdadero, Señor, en un mundo corrompido?

Se burlan de mí si hablo de oración y ayuno;

se mofan de mí si espero respuesta de Ti a mis problemas.

Con todo yo sigo fiel a tu ley y acepto tu palabra,

y quiero hacer de ella la norma de mi vida.

Por tu gran amor, respóndeme, Señor.

Libérame de mis ataduras,

y sácame de la situación en que me encuentro sumergido.

Vuelve tus ojos de ternura hacia mi desgracia,

pues tu amor es bondad y mano abierta al que a Ti clama.

En angustias y depresión estoy, sin ganas de vivir,

y me siento abatido, sin fuerzas, sin ganas de nada.

Me siento incomprendido, incomunicado y solo,

y el rechazo ha roto mi corazón y desfallezco de pena;

espero compasión y no la hay; espero ayuda, 

y nadie se me acerca;

espero a alguien que se siente a mi lado como amigo,

y todos pasan de mí, como si no existiera.

Los que parecían amigos, se han alejado como el viento;

y los que creía que eran fieles a mi amistad,

no cuento con ellos;

no me dejes solo, Tú que sabes de compasión

y misericordia;

acércate a mi dolor y desgana y anímame con tu Espíritu.

Tú te manifiestas al humilde y al sencillo,

y alegras su corazón y lo llenas de vida verdadera;

Tú escuchas el gemido de los pobres, los cautivos,

y les llenas de esperanza y les sientas a tu mesa.

Reconstruye, Señor, las murallas derribadas de mi vida;

ponme en pie y anima mi corazón que en Ti espera. 

(Oración inspirada en el Salmo 68)


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